Hay objetos que, por mantener nosotros con ellos un lazo afectivo todavía, permanecen a nuestro lado. Incluso objetos que fueron eminentemente útiles y ya no lo son resultan, inutilizados, novedosos. Contemplados de otro modo, descontextualizados del uso que les dimos, los redescubrimos como objetos bellos, mensajeros de otros tiempos y otras edades, dignos de contemplación: molinillos, braseros, quinqués, planchas, palmatorias…
Objetos que poblaron la vida doméstica y cotidiana nos retrotraen -memoria entrañable intrahistoria- a una infancia ya remota, a unos abuelos ya ausentes, a un modo de vivir que las nuevas generaciones por lo general desconocen.
Recordar y contar, traer al presente y proyectar. Y reunir. Esto es lo que pretendemos con esta nueva Exposición Temporal del Museo de Chiclana. Por eso, en esta ocasión -y aunque el destinatario es el público en general-. Nos dirigimos de manera especial a los más mayores y a los más jóvenes. A los que pueden recordar y a los que han de conocer. El subtítulo de esta exposición “Testigos de la memoria entrañable” juega, por ello, con dos acepciones del término “testigo”: el objeto como documento que nos habla de un tiempo que fue -y de quienes fuimos- y el objeto que, en una carrera de relevos -tal la Historia-, pone una generación en manos de otra más joven que la sucede.
Ojalá sea esta exposición lugar de encuentro. Lo dicho: de reunión.
NOVEDAD: Se amplian las visitas hasta el domingo día 26.
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