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Zorrilla

Más que un Don Juan
De 30/06/2017 hasta 17/09/2017

Adscrito a la corriente liberal del Romanticismo, José Zorrilla (Valladolid, 1817 – Madrid, 1893) fue hijo de un padre conservador y absolutista y de una madre hondamente piadosa, que soñaron para su hijo un futuro respetable y seguro como abogado. Tan pronto tuvo ocasión escapa –literalmente escapa, robo de mula a tal fin incluido- a Madrid (1836), donde pronto se inicia en los ambientes literarios, artísticos y bohemios llegando a conocer –y bien- el hambre, aunque algo dibujó y algo publicó.

Fue la dramática muerte de Larra (1837) la que le ofreció la ocasión esperada cuando declama, en su memoria, el improvisado poema que, de golpe, le consagra como poeta, granjeándole la amistad de, entre otros, Espronceda, Hartzenbusch y García Gutiérrez. Será de la mano de éste como se introducirá en el teatro, escribiendo juntos la pieza dramática Juan Dándolo, pieza que se estrena (1839) en el Teatro El Príncipe, donde el gran triunfo –tres años antes- de El trovador.

Un año más tarde publica sus famosísimos Cantos del Trovador (1840). Y a partir de este año estará contratado hasta 1845 en exclusiva por Juan Lombía, empresario del Teatro de la Cruz. Su nombre era ya sinónimo de éxito y lo será, pese a los vaivenes de su ajetreada vida, el resto de sus días. Gran parte de su imperecedero éxito se lo debe, es verdad, a su Don Juan Tenorio (estrenada el 28 de marzo de 1844), acaso la pieza más vigente del teatro romántico español.

Y aunque los vaivenes mencionados –también de la fortuna- le llevaron a París, Londres, México o Cuba, no dejó de recibir aquí honores –honores más que dinero- desde bien pronto (1849) hasta el final de sus días: fue nombrado Cronista de Valladolid, homenajeado como poeta nacional en Granada –coronación incluida-, o, por fin, su nombramiento como miembro de la Real Academia de la Lengua (1885). Y es que ya había sido elegido anteriormente (1848) para ocupar la silla H de la Academia, pero no llegó a leer su discurso de ingreso en el plazo establecido, razón por la que quedó excluido, según la normativa indicaba, de la nómina de académicos.

Reconocido, popular, querido, murió en Madrid y, en cumplimiento de su voluntad, sus restos fueron trasladados a Valladolid, en cuyo Panteón de Vallisoletanos Ilustres descansan. Esta Exposición recorre, haciendo varias calas en la misma, la trayectoria literaria de Zorrilla, mucho más que sólo el autor de Don Juan Tenorio. Documentos, grabados, libros, etc, ilustran este recorrido que hemos resumido para ustedes.

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