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Mi mundo y yo

Kapry
De 16/09/2022 hasta 25/09/2022
 
Su oficio de carpintero salta a la vista en el cuidadoso mimo con que aterriza sus ideas y más allá de sí las encarna para nosotros. Manos expertas. O sabias, que esto significaba sofos en su origen: el que desempeña con maestría o pericia el oficio que le ocupa. Trabajo manual al que, incluso en tierra de hidalgos, mucho honra y que mucho nos honra.
 
Pero no sólo esto. Detrás de la obra que las manos trabajan, el concepto que se atrapa al vuelo y que pacientemente se expresa.
 
A veces, es esta idea previa la que hace del autor rastreador de material adecuado para plasmarla. Otras veces, es el mismo rastreo -hallazgo inesperado- el que brinda la idea germinal.
 
El procedimiento, así a simple vista -la vista suele serlo, la mirada no tanto-, diríase “reciclaje”. Pero no es sólo el recurso a material de desecho en nuevo empleo. Es más, o es otra cosa: es toda una transformación que lleva a esos objetos, fragmentos, etc. a destinos nunca pensados para ellos, a destinos difícilmente previsibles dada la naturaleza originaria de los mismos; una segunda vida que es una vida nueva, una vida otra; un materia desquiciada -sacada de sí- que se hace ya otra cosa, quizá poema. Material de desecho en belleza redimido. Piedras desechadas que se vuelven, en obra nueva, angulares.
 
El trabajo -ese trabajo de la frente y de las manos- se remata con los acertados títulos que las cartelas exhiben. Títulos breves, brevísimos, casi lacónicos que, sin arrebatar al público su capacidad recreativa, lo pone en onda otorgándole pautas, claves hermenéuticas que abren el horizonte interpretativo donde la obra se despliega ante la la mirada en hondura. Títulos que ponen de manifiesto que no se trata de afortunados soplidos en la boca de la flauta. Títulos que, sugerentes y respetuosos, evidencian el pensamiento subyacente, la intencionalidad, la voluntad.
 
Una reflexión inteligente y lúdica sobre el tiempo, la vida, la provisionalidad, la trascendencia,… sobre nosotros mismos. Tomados de uno en uno. Y también en conjunto.
 
Más que sólo reciclaje. Poesía matérica. Y exquisita. Que nos hará disfrutar y pensar ahuyentando la tentación de esa contemplación pasiva que siempre acecha.
 

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