Skip to:

11 dibujos lorquianos

Exposición Temporal
De 16/09/2017 hasta 31/12/2017

Uno es el arte, pero muchos los cauces por los que este transita. Y no resulta infrecuente que los creadores de caudal desbordante recorran -alternativa o simultáneamente- más de uno para, según la ocasión o el asunto, mejor conocer y expresar mejor. Así, solemos ver dibujar al que versifica, hacer música al que hace cine o escribir teatro a quien usualmente representa papeles sobre las tablas.

Este es, sin duda, el caso de Federico García Lorca, acaso la más creativa personalidad de la llamada Generación del 27. En la literatura, casi de todo: poesía, teatro, ensayo,... Pero hay Lorca más allá de versos y renglones. Un Lorca músico, por ejemplo, aventajado discípulo de Falla, que, sin abandonarlo nunca, abandona el piano.

Para la posteridad -incluso por él mismo ejecutadas en viejo disco de pizarra- las coplas populares antiguas que recogió y armonizó para luego. Y hay, y no es pequeña ni marginal ni ocasional su obra en este sentido, un Lorca plástico -¡tanto que lo es también en sus textos!-, apasionado del dibujo y la pintura.

En este ámbito halló su voz, y aún nos sigue diciendo. Y logró -lo más difícil- un estilo. Un estilo que hace reconocible su obra. Decía Miguel de Molina decía que se canta con voz -el tenía poca, pero suya- o con estilo. Y que la voz se pierde con los años; pero el estilo, lejos de menguar, crece y se acentúa con los años.

A treinta y ocho llegaron los de Lorca, y alcanzó en sus dibujos ese estilo que con el paso del tiempo crece. De ello quiere dar cuenta esta pequeña muestra de “11 DIBUJOS LORQUIANOS”

Deje un comentario

Inicie sesión para comentar